Trabajo de la asignatura: Antropología cultural Presentado por: Llanos vilcanqui Alexander Smith istración grupo b primer semestre Lic. Roger
ANTROPOLOGÍA CULTURAL INTRODUCCIÓN El término antropología procede de los términos griegos "antrhopos" (hombre) y "logos" (estudio, tratado) y etimológicamente significa estudio o tratado del ser humano. La antropología cultural tiene como objeto de estudio las distintas culturas de los grupos humanos, ya sean culturas primitivas o actuales, las características del comportamiento aprendido en las sociedades humanas, es decir, ciencia de la cultura humana, y se vincula a otras ciencias como la arqueología, la psicología o la lingüística, por ejemplo, que resultan muy importantes a la hora de establecer y comprender las pautas de comportamiento y los valores culturales. En general, es la ciencia que estudia el origen, desarrollo, estructura, características y variaciones de la cultura humana tanto de las sociedades del pasado como de las del presente. La etnografía, la etnología, la arqueología, la lingüística y la antropología física son las disciplinas sobre las que se funda la antropología cultural. El antropólogo cultural estudia todas las culturas, ya sean de sociedades tribales o de naciones civilizadas complejas. Examina todos los tipos de conducta, racional o irracional. Considera todos los aspectos de una cultura, incluidos los recursos técnicos y económicos utilizados frente al medio natural, los modos de relación con otros hombres o las especiales experiencias religiosas y artísticas. No solo se estudian las actividades correspondientes a los diversos aspectos, sino que revisten especial interés sus relaciones recíprocas, por ejemplo, la relación entre la estructura de la familia y las fuerzas económicas o entre las prácticas religiosas y las agrupaciones sociales. Edward Tylor definió la cultura como "conocimiento, ciencia, arte, moral, leyes, costumbres, y todas las aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad". Uno de los temas principales de la antropología cultural, por lo tanto, es la relación entre los rasgos universales de la naturaleza humana y la forma en que se plasma en culturas distintas. El estudio de las razones de las diferencias culturales —motivadas por razones ambientales o históricas—, y de la organización de estas en sistemas globales ha ocupado también buena parte de los esfuerzos de la disciplina. En el presente ensayo se darán a conocer el concepto de cultura y los elementos que la conforman, con el fin de comprender la diferencia entre sociedad y cultura, y el como la cultura influye en el comportamiento social de los individuos. Para muchas personas la palabra cultura sirve para designar a quienes se educaron estudiaron, aprendieron muchas cosas y que además se comportan de una manera muy refinada. A veces se habla de música culta por oposición a música popular, lo que hace pensar que lo culto es algo superior. En realidad, lo opuesto a culto seria inculto, o sea, lo que se llamaría también mal educado, complementariamente, se abordaran los temas de interculturalidad, relatividad cultural, asi como la producción el parentesco y la reproducción. LA ANTROPOLOGÍA
Es el estudio de la humanidad, de los pueblos antiguos y modernos y de sus estilos de vida. Las diferentes ramas de la antropología se centran en distintos aspecto de la experiencia humana. Algunas de ellas estudian cómo nuestra especie evolucionó a partir de especies más antiguas. Otras analizan cómo llegamos a poseer la aptitud para el lenguaje, de qué manera lo desarrollamos y diversificamos y los modos en que las lenguas modernas satisfacen las necesidades de la comunicación humana. Otras, por último, se ocupan de las tradiciones aprendidas del pensamiento y la conducta humanas, de la forma en que evolucionaron y se diversificaron las culturas antiguas y de cómo y por qué cambian o permanecen inmutables las culturas modernas. A medida que el mundo se hace más pequeño pueblos de distintos continentes, que hablan diferentes lenguas y tienen distintas religiones y sistemas de valores se ven a sí mismos conviviendo en una misma “aldea global”. La antropología extiende a todos los de esta nueva comunidad humana una invitación única para explorar las raíces de nuestra humanidad común así como los orígenes de nuestros distintos modos de vida. Definiciones existen muchas, pero la entenderemos como: “una ciencia comprensiva general que estudia al hombre en el pasado y presente de cualquier cultura”. Y proviene del griego “anthropos, ser humano y logos, conocimiento”. Se crea como una rama de la filosofía, dedicada al estudio científico de la historia de la diversidad humana. Aunque, el desarrollo inicial de la antropología coincide con el auge del pensamiento positivista que elevaba la razón como una capacidad distintiva de los seres humanos. La antropología es fundamentalmente multicultural. Los primeros estudios antropológicos analizaban pueblos y culturas no occidentales, pero su labor actual se centra, en gran medida, en las modernas culturas occidentales (las aglomeraciones urbanas y la sociedad industrial). Los antropólogos consideran primordial realizar trabajos de campo y dan especial importancia a las experiencias de primera mano, participando en las actividades, costumbres y tradiciones de la sociedad a estudiar. Importancia de la antropología Muchas disciplinas, además de la antropología, se ocupan del estudio de los seres humanos. Biólogos, genetistas y psicólogos estudian nuestra naturaleza física. Muchas otras -entre ellas la sociología, la geografía humana, la psicología social, la historia, la ciencia política, la economía, la lingüística, la teología, la filosofía, la musicología, el arte, la literatura y la arquitectura- se ocupan de nuestro comportamiento cultural, intelectual y estético. Lo que diferencia a la antropología de las otras disciplinas es su carácter global y comparativo. Otras ramas del saber abordan únicamente un segmento concreto de la experiencia humana o una época o fase concreta de nuestro desarrollo cultural y biológico. Pero los antropólogos nunca fundamentan sus
descubrimientos en el estudio de una sola población, raza, tribu, clase, nación, tiempo o lugar. Los antropólogos insisten, ante todo, en que se contrasten las conclusiones extraídas del estudio de un grupo humano o de una determinada civilización con datos provenientes de otros grupos o civilizaciones. De esta manera, los antropólogos aspiran a dominar los prejuicios de su propio sexo, clase, raza, religión, nación, grupo étnico o cultura. Desde la perspectiva antropológica, todos los pueblos y culturas son igualmente merecedores de estudio. Debido a su perspectiva biológica, arqueológica, lingüística, cultural, comparativa y global, la antropología puede dar respuesta a muchas preguntas fundamentales. Puede contribuir al entendimiento del significado de nuestra herencia animal y, por tanto, a la definición de lo que es característicamente humano en nuestra naturaleza. Está estratégicamente equipada para estudiar la importancia cultural y biológica de la raza en la evolución de las culturas y en la conducción de la vida contemporánea. Y también posee la clave para comprender los orígenes de la desigualdad social en forma de racismo, sexismo, explotación, pobreza y subdesarrollo internacional. Desglose de la antropología Antropología cultural 1. Etnografía: describe las culturas contemporáneas. 2. Antropología médica: estudia los factores biológicos y culturales en la salud, la enfermedad y en el tratamiento de la enfermedad. 3. Antropología urbana: estudia la vida de la ciudad, las bandas, el abuso de drogas. 4. Antropología del desarrollo: estudia las causas del subdesarrollo y del desarrollo entre las naciones menos desarrolladas. Arqueología 1. Arqueología histórica: estudia las culturas del pasado reciente mediante una combinación de registros escritos y excavaciones arqueológicas. 2. Arqueología industrial: arqueología histórica que se centra en las fábricas e instalaciones industriales. 3. Arqueología de compromiso: orienta las investigaciones arqueológicas hacia declaraciones de impacto en el medio ambiente y hacia la protección de emplazamientos históricos y prehistóricos. Antropología física (biológica) 1. Primatología: estudia la vida social y la biología de los monos, grandes simios y demás primates. 2. Paleontología humana: búsqueda y estudio de los restos fósiles de las especies humanas primitivas. 3. Antropología forense: identifica las víctimas de asesinatos y accidentes. Establece la paternidad mediante análisis genéticos.
4. Genética de la población: estudia las diferencias hereditarias de las poblaciones humanas.
Lingüística 1. Lingüística histórica: reconstruye los orígenes de lenguas específicas y de familias de lenguas. 2. Lingüística descriptiva: estudia la gramática y la sintaxis de las lenguas. 3. Sociolingüística: estudia el uso real de la lengua en la conducta comunicativa de la vida cotidiana. LA CULTURA El uso de la palabra cultura fue variando a lo largo de los siglos. En el latín hablado en Roma significaba inicialmente "cultivo de la tierra", y luego, por extensión metafóricamente, "cultivo de las especies Humanas". Alternaba con civilización, que también deriva del latín y se usaba como opuesto a salvajismo, barbarie o al menos rusticidad. Civilizado era el hombre educado. Cultura es todo complejo que incluye el conocimiento, el arte, las creencias, la ley, la moral, las costumbres y todos los hábitos y habilidades adquiridos por el hombre no sólo en la familia, sino también al ser parte de una sociedad como miembro que es. La palabra cultura es de origen latín “cultus” que significa “cultivo” y a su vez se deriva de la palabra “colere”. La cultura en la lengua latina, entre los romanos, tenía el sentido de la agricultura, y se refería al cultivo de la tierra para la producción. Aún se conserva de esta manera cuando se habla de la cultura de la soja, la cultura del arroz, etc.
Desde el siglo XVIII, el romanticismo impuso una diferencia entre civilización y cultura. El primer término se reservaba para nombrar el desarrollo económico y tecnológico, lo material; el segundo para referirse a lo "espiritual", es decir, el "cultivo" de las facultades intelectuales. En el uso de la palabra "Cultura" cabía, entonces, todo lo que tuviera que ver con la filosofía, la ciencia, el arte, la religión, etc. Además, se entendía la cualidad de "culto" no tanto como un rasgo social sino como individual. Por eso podía hablarse de, por ejemplo, un hombre "culto" o "inculto" según hubiera desarrollado sus condiciones intelectuales y artísticas. Esto es hoy muy frecuente.
Las nuevas corrientes teóricas de sociología y la antropología contemporáneas redefinieron este término, contradiciendo la conceptualización Romántica. Se entiende CULTURA en un sentido social. Cuando se dice "CULTURA China", "CULTURA Maya" se está haciendo uso muy distinto de aquel, se refiere a los diversos aspectos de la vida en esas sociedades. En general, hoy se piensa a la CULTURA como el conjunto total de los actos humanos en una comunidad dada, ya sean éstos prácticas económicas, artísticas,
científicas o cualesquiera otras. Toda práctica la naturaleza biológica es una práctica cultural.
humana
que
supere
Este sentido de la palabra CULTURA implica una concepción mucho más respetuosa de los Seres Humanos. Primero, impide la discriminación entre "hombres cultos" y "hombres incultos" que el término podía tener desde el romanticismo; Se hablará de diferencias culturales, en todo caso. Segundo, también evita la discriminación de pueblos que, como los nativos de América, fueron vistos por los europeos como "salvajes “por el solo hecho de tener “cultura" distinta. La cultura también se define en las ciencias sociales como un conjunto de ideas, comportamientos, símbolos y prácticas sociales, aprendidos de generación en generación a través de la vida en sociedad. Sería el patrimonio social de la humanidad o, específicamente, una variante particular del patrimonio social. El término cultura posee varios significados todo depende del contexto en donde se emplea la palabra. La cultura física es el conjunto de rutinas de cuidados personales como el deporte, ejercitación física, tratamientos, entre otros, que buscan el bienestar en cuerpo y el alma; la cultura política es el conjunto de actos de poder y autoridad de los cuales se forma la estructura de la vida política. Asimismo, la cultura organizacional son el grupo de normas, políticas, costumbres y valores que comparten en una institución y logra una mejor interacción entre el grupo que la compone. La cultura clásica tiene como finalidad facilitar o proveer los conceptos de la cultura Greco- Romana, desde el punto de vista político, social, artístico, religioso, literatura, entre otros tópicos. En biología, la cultura es una creación especial de organismos para fines determinados. La principal característica de la cultura es que el mecanismo de adaptación, que es la capacidad que tienen los individuos para responder al medio de acuerdo con cambios de hábitos, posiblemente incluso más que en una evolución biológica. La cultura es también un mecanismo acumulativo porque las modificaciones traídas por una generación pasan a la siguiente generación, donde se transforma, se pierden y se incorporan otros aspectos que buscan mejorar así la vivencia de las nuevas generaciones. En referencia a lo anterior, cada país tiene su propia cultura, que está influenciada por varios factores, entre ellos, los pueblos que ya pasaron por el país, la música, la danza, la forma de vestir, la tradición, el arte, la religión, etc. La cultura puede ir más allá de las fronteras, pudiendo haber una misma cultura en diferentes países y diferentes culturas en un mismo país. La cultura es un concepto que está en constante evolución, porque con el tiempo se ve influenciada por nuevas formas de pensamiento inherentes en el desarrollo humano. Resumiendo, este uso actual del término CULTURA designa, como se dijo arriba, el conjunto total de las prácticas humanas, de modo que incluye las prácticas: económicas, políticas, científicas, jurídicas. Religiosas, discursivas, comunicativas, sociales en general. Algunos autores prefieren restringirse el
uso de la palabra CULTURA a los significados y valores que los hombres de una sociedad atribuyen a sus prácticas. Hay que señalar que cuando se estudian los hechos sociales, por ejemplo la economía o el Arte, se toman esos aspectos en forma parcial aunque en la realidad están estrechamente relacionados. Esto ocurre por la imposibilidad del pensamiento humano abarcarlo en su compleja red de interrelaciones. No está de más insistir en que no hay práctica social que esté desvinculada de las restantes, formando un todo complejo y heterogéneo de recíprocas influencias. Así, no puede explicarse cabalmente la historia del arte, para continuar con el mismo ejemplo, si no se hace referencia a la historia económica, a la política, a las costumbres, la moral, las creencias, etc., de la época. Esta es la razón por la cual cuando se estudia la cultura se prefiere el sentido segundo de los mencionados párrafos arriba, el de los significados y valores que los hombres atribuyen a su praxis. En las ciencias sociales, el sentido de la palabra cultura es más amplio la cultura abarca el conjunto de las producciones materiales (objetos) y no materiales de una sociedad (significados, regularidades normativas creencias y valores). CULTURA EN LA FILOSOFÍA La cultura en la filosofía se explica como el conjunto de manifestaciones humanas que contrastan con la naturaleza o el comportamiento natural. Es una actitud de interpretación personal y coherente de la realidad, dirigida a las posiciones susceptibles de valor íntimo, razonamiento y perfeccionamiento. Además de esta condición personal, la cultura siempre implica una exigencia global y una justificación satisfactoria, sobre todo para sí mismo. Podemos decir que hay cultura cuando esta interpretación personal y global se une a un esfuerzo de información para profundizar en la posición adoptada con el fin de intervenir en los debates. Esta dimensión personal de la cultura, tales como la síntesis o la actitud interna, es esencial. CULTURA EN LA ANTROPOLOGÍA La cultura en la antropología se entiende como el conjunto de patrones aprendidos y desarrollados por los seres humanos. La cultura como antropología busca alcanzar o representar el conocimiento con experiencia de una comunidad aprendido por la organización de su espacio, la ocupación de su tiempo, en el mantenimiento y la defensa de sus formas de relación y conceptos humanos, llegando a lo que podríamos llamar su alma cultural en el sentido de los estándares ideales estéticos de comportamiento y formas de presentación, todos ellos diseñados para sus necesidades. Obtiene estos resultados todos los días fortuitamente y regularmente, pero también en sus expresiones de celebración, fiesta, honor, homenaje y sacrificio. CULTURA POPULAR La cultura popular es algo creado por un determinado pueblo, y este pueblo tiene un papel activo en su creación. Puede ser la literatura, la música, el arte, etc. La cultura popular es influenciada por las creencias de las personas en
cuestión y se forma a través del o entre los individuos de ciertas regiones. INTERCULTURALIDAD Se puede definir a la interculturalidad, como un proceso de comunicación e interacción entre personas y grupos con identidades culturales específicas, donde no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y con ello, la integración y convivencia enriquecida entre culturas. Las relaciones interculturales se basan en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo. Sin embargo, no es un proceso exento de conflictos, estos pueden resolverse mediante el respeto, la generación de contextos de horizontalidad para la comunicación, el diálogo y la escucha mutua, el equitativo y oportuno a la información pertinente, la búsqueda de la concertación y la sinergia. Es importante aclarar que la interculturalidad no se refiere tan solo a la interacción que ocurre a nivel geográfico sino más bien, en cada una de las situaciones en las que se presentan diferencias. Hay que tener en cuenta que la interculturalidad depende de múltiples factores, como las distintas concepciones de cultura, los obstáculos comunicativos, la carencia de políticas estatales, las jerarquías sociales y las diferencias económicas. Además de acuerdo a la perspectiva con la que sea observada puede entenderse de una u otra forma. Por ejemplo si se analiza el concepto desde la ética podemos descubrir que la forma en la que se involucra en el enraizamiento de los valores sociales es a través de la promoción del respeto de la diversidad, donde cada persona tiene derecho a ser como desea y el mismo paradigma vale para los colectivos. La ética intenta inculcar valores afines para construir sociedades democráticas, integradas y donde la armonía sea protagonista de la interacción social. La interculturalidad está sujeta a muchos conceptos visibles y variables como: cultura, diversidad, hegemonía cultural, política y económica de países y regiones, obstáculos comunicativos como el idioma y la diversidad lingüística, políticas integradoras e integracionistas de los Estados, jerarquizaciones sociales, sistemas económicos exclusionistas y que sustentan hegemonías ideológicas mediante la discriminación y la acción política de menoscabo de las identidades nacionales, así como diferentes niveles de desconocimiento entre grupos culturales de los mecanismos sociales y políticos para el ejercicio de derechos civiles y diferencias en el ejercicio pleno de las personas de los derechos humanos y de género. El concepto de interculturalidad apunta a describir la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos sociales que establecen un o intercultural, se encuentra por encima de otro, en condiciones de supremacía en relación con el otro, como condición que favorece la integración y la convivencia armónica de todos los individuos. Cabe resaltar que este tipo de relaciones interculturales supone el respeto hacia la diversidad; aunque es inevitable el desarrollo de conflictos, éstos se resuelven a través del respeto, el diálogo y la concertación. Pese a que la idea de interculturalidad desde la globalización nació hace relativamente poco, no fueron pocos los investigadores de la comunicación, la
antropología, la sociología y el marketing que han trabajado sobre el concepto. La noción se diferencia del multiculturalismo y del pluralismo por su intención directa y su accionar propositivo de promover el diálogo y el acercamiento entre culturas. Los estudios interculturales son aplicados en el ámbito de la educación, la promoción de los derechos humanos, la relación con los grupos étnicos, la perspectiva de género, la mercadotecnia y en el diseño de políticas públicas en países y regiones multiculturales, aunque su potencial de aplicación puede tocar casi todos los ámbitos de la actual actividad humana de desarrollo. Según Almaguer, Vargas y García (2009), la interculturalidad en un proceso para la gestión de ciudadanía para el siglo XXI y tiene antecedentes en los modelos de comunicación de masas en los Estados Unidos en la década de los 50's además de las teorías de comunicación intercultural, desarrolladas por investigadores como Miquel Rodrigo Alsina, en la Universidad Autónoma de Barcelona, en España. Otros elementos presentes en los modelos y los procesos de gestión intercultural en la región sudamericana, son los desarrollados por los pueblos indígenas sudamericanos en sus luchas reivindicativas, como las propuestas y estrategias de los pueblos Mapuches en Chile y las poblaciones indígenas en Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, así como los modelos autonómicos de la RAAN y la RAAS en la Costa Atlántica de Nicaragua, que han sido planteados por estudiosas como Myrna Cunninham y Alta Hooker. Según Tomás R. Austin Millán "La interculturalidad se refiere a la interacción comunicativa que se produce entre dos o más grupos humanos de diferente cultura. Si a uno o varios de los grupos en interacción mutua se les va a llamar etnias, sociedades, culturas o comunidades es más bien materia de preferencias de escuelas de ciencias sociales y en ningún caso se trata de diferencias epistemológicas". La interculturalidad se refiere a la interacción entre culturas, de una forma respetuosa, donde se concibe que ningún grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento la integración y convivencia entre culturas. En las relaciones interculturales se establece una relación basada en el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo; sin embargo no es un proceso exento de conflictos, estos se resuelven mediante el respeto, el diálogo, la escucha mutua, la concertación y la unión. Es importante aclarar que la interculturalidad no se ocupa tan solo de la interacción que ocurre, por ejemplo, entre un chino y un boliviano, sino además la que sucede entre un hombre y una mujer, un niño y un anciano, un rico y un pobre, un marxista y un liberal, etc. Por qué no "mestizaje cultural". La noción de "mestizaje cultural" ha tenido cierto éxito en el Perú al buscar dar cuenta del encuentro o del choque si se prefiere de las culturas autóctonas con la de los colonizadores españoles. Tal vez el término pueda seguir siendo interesante para expresar la voluntad de quienes, desde tradiciones étnicas y culturales diversas, buscan construir un terreno común de entendimiento. Sin embargo, expondremos ahora varias razones que nos hacen pensar que en la actualidad su uso no es muy conveniente. Por todo ello, nos parece más provechoso dejar de lado ese término para centrarnos en lo que realmente importa: el estudio de las transformaciones que
ocurren en nosotros y que compartimos con otros al entrar en o permanente con personas y grupos que suelen expresarse, actuar, pensar o sentir de modo distinto al que acostumbramos. Lo importante es entender de qué manera en el o cotidiano entre grupos de orígenes históricos distintos, ocurren las transformaciones sociales y cómo van de la mano con cambios en las mentalidades, en los universos simbólicos, en el imaginario de las personas, en sus maneras de sentir y percibir el mundo y, en especial, en sus maneras de acercarse y enfrentar situaciones nuevas, de relacionarse con datos culturales distintos a los propios. En este sentido, el mundo andino se ha caracterizado siempre por una gran diversidad cultural. Ahora bien, puede ser, muy variada la actitud frente a la diversidad cultural y a las consiguientes relaciones interculturales en las que uno se encuentra sumergido. Por ejemplo, es posible que ciertas influencias no sean reconocidas e incluso sean rechazadas. El reconocimiento, desconocimiento o rechazo de influencias culturales depende, naturalmente, del prestigio que está socialmente asociado a cada uno de los ámbitos culturales. Pensemos cuánto de influencia árabe hay en la cultura hispana, sin que sea generalmente reconocida. Del mismo modo ¿cuánto de influencia andina habrá en la cultura criolla del Perú, aunque no se la quiera itir? Es de esperar que cada persona tienda a reconocer y valorar dentro de sí misma las influencias culturales de ámbitos que gozan de mayor prestigio. Este proceso es complejo, no unilineal, y depende incluso en parte del contexto en el que se encuentre la persona, aquí simplemente interesa señalar que existen influencias que, pese a no ser reconocidas, actúan eficazmente en el comportamiento individual o colectivo. Pensemos, por ejemplo en la influencia de la lengua materna en la manera de hablar otro idioma: aunque se la quiera negar, esta influencia jamás desaparece por completo. Toda cultura es básicamente pluricultural. Es decir, se ha ido formando, y se sigue formando, a partir de los os entre distintas comunidades de vidas que aportan sus modos de pensar, sentir y actuar. Evidentemente los intercambios culturales no tendrán todas las mismas características y efectos. Pero es a partir de estos os que se produce el mestizaje y la hibridación cultural. o Una cultura no evoluciona si no es a través del o con otras culturas. Pero los os entre culturas pueden tener características muy diversas. En la actualidad se apuesta por la interculturalidad que supone una relación respetuosa entre culturas. o Mientras que el concepto "pluricultural" sirve para caracterizar una situación, la interculturalidad describe una relación entre culturas. Aunque, de hecho, hablar de relación intercultural es una redundancia, quizás necesaria, porque la interculturalidad implica, por definición, interacción. o No hay culturas mejores ni peores. Evidentemente cada cultura puede tener formas de pensar, sentir y actuar en las que determinados grupos se encuentren en una situación de discriminación. Pero si aceptamos que no hay una jerarquía entre las culturas estaremos postulando el principio ético que considera que
todas las culturas son igualmente dignas y merecedoras de respeto. Esto significa, también, que la única forma de comprender correctamente a las culturas es interpretar sus manifestaciones de acuerdo con sus propios criterios culturales. Aunque esto no debe suponer eliminar nuestro juicio crítico, pero sí que supone inicialmente dejarlo en suspenso hasta que no hayamos entendido la complejidad simbólica de muchas de las prácticas culturales. ETAPAS DE PROCESO INTERCULTURAL El proceso de relación intercultural en general puede dividirse en cinco etapas: 1. Encuentro: Aceptación de la interacción, establecimiento de la identidad, presentación de expectativas. 2. Respeto: Trato con dignidad, Trato como sujetos. Escucha respetuosa y libre expresión de percepciones y creencias. Reconocimiento de la otredad (existencia de otros modelos de percepción de la realidad). 3. Diálogo horizontal: Interacciones con igualdad de oportunidades. Reconocimiento de que no hay una verdad única. Empoderamiento. Construcción de una relación horizontal de "ganar - ganar" 4. Comprensión mutua: Entendimiento del(os) otro(s). Enriquecimiento mutuo, sintonía y resonancia (Capacidad y disposición para comprender e incorporar lo planteado por el otro (a). Empatía. 5. Sinergia: Obtención de resultados que son difíciles de obtener desde una sola perspectiva y de forma independiente. Valor de la diversidad, donde 1 más uno, son más que dos. Por último, cabe mencionar que para que la interculturalidad sea efectiva, es necesario que se cumplan tres actitudes básicas, como la visión dinámica de las culturas, el convencimiento de que los vínculos cercanos solo son posibles por medio de la comunicación y la conformación de una amplia ciudadanía donde exista la igualdad de derechos.
RELATIVISMO CULTURAL
El relativismo cultural es la actitud o punto de vista por el que se analiza el mundo de acuerdo con los parámetros propios de cada cultura. Su filosofía defiende la validez y riqueza de todo sistema cultural y niega cualquier valoración absolutista moral o ética de los mismos. Se opone al etnocentrismo y al universalismo cultural —de carácter positivista— que afirma la existencia de valores, juicios morales y comportamientos con valor absoluto y, además, aplicables a toda la humanidad. El etnocentrismo suele implicar la creencia de que el grupo étnico propio es el más importante, o que algunos o todos los aspectos de la cultura propia sean superiores a los de otras culturas. Este hecho se refleja por ejemplo en los exónimos peyorativos que se dan a otros grupos y en los autónimos positivos que el grupo se aplica así mismo. Dentro de esta ideología, los individuos juzgan a otros grupos en
relación a su propia cultura o grupo particular, especialmente en lo referido al lenguaje, las costumbres, comportamientos, religión y creencias. Dichas diferencias suelen ser las que establecen la identidad cultural. No existe una única definición. Para unos (por ejemplo, algunos de los más importantes críticos contra esta corriente, como la Iglesia católica, Ayn Rand o Emmanuel Kant) el relativismo cultural es el relativismo o nihilismo absoluto con respecto a los valores culturales; para otros (Michel de Montaigne) todo es relativo menos la moralidad y la ética de la cultura respectiva, y aun para otros el relativismo cultural es, sencillamente, si bien tomar partido por alguna visión universal de la ética o la cultura, tampoco sectarizarse al respecto. Con sus matices puede ir desde una defensa del ostracismo (por ejemplo algunos activistas de los movimientos antiglobalización) o de la falta de un código de valores (Marqués de Sade, y en menor medida, Jonathan Swift), hasta ser sólo una negación de la uniformización. Esto significa que el relativismo cultural conlleva a considerar cualquier aspecto de otra sociedad o grupo en relación con los estándares culturales de ese grupo, en vez de hacerlo desde un punto de vista considerado universal, o en relación a la valoración desde otras culturas. Por ejemplo, considera relativas a cada sistema cultural las diferentes formas de matrimonio, como la poligamia o la poliandria. En resumen, según esta corriente de pensamiento todas las culturas tendrían igual valor, y ninguna sería superior a otra pues todos los valores son considerados relativos (adecuados a una situación, diría José Ortega y Gasset) La principal aseveración que sustenta el relativismo cultural es que en sociedades disimiles existen desiguales reglamentos éticos. Estas leyes establecen lo que es apropiado dentro de esa cultura, por lo que los relativistas consideran que no existiría un juicio al que llamar "sensato" que califique al código moral de una civilización como mejor que el de otra, desde su punto de vista. El relativismo cultural considera por tanto totalmente errónea la idea de creer superiores a algunas culturas, como de hecho se han considerado y consideran entre diferentes círculos la cultura greco-romana, la mesoamericana-azteca, la cultura maya, la judeo-cristiana, china, etcétera, desde el punto de vista de los valores que promueven. Además, el relativismo cultural nos alerta de que nuestras tendencias e inclinaciones están condicionadas por lo que hemos aprendido en el medio social en el que nos criamos, y pretende con ello incitarnos a mantener una postura accesible, dejando de lado la presunción de que lo que nosotros pensamos y hacemos es lo correcto. Según el filósofo americano, James Rachels, "el único razonamiento que prudentemente podría usarse para censurar las acciones de cualquier sociedad incluida la nuestra, es cuestionarnos si la práctica fomenta o limita el bienestar de las personas cuyas vidas se ven perturbadas por ella”. Independientemente de las críticas a la que es sometida esta teoría filosófica, también hay que subrayar como aspecto interesante que existen valores coincidentes entre las culturas, como es el caso de la sinceridad a la hora de comunicarnos, la proscripción del homicidio, etc.; de lo contrario, se vería
amenazada la existencia de la sociedad. Todo lo anterior permite argüir a los relativistas que la contradicción está en nuestros sistemas más o menos dogmáticos, no en nuestros valores. También podemos decir que el relativismo cultural desafía la idea de que existen creencias verdaderas, comunes a varias sociedades. Es decir, afirma que todas las creencias son diferentes y pueden ser verdaderas dependiendo de la sociedad. De hecho, los relativistas argumentan que no hay una ley que abarque lo universal: sólo hay diferentes formas de pensar dentro de las culturas, afirmando además que nuestra propia moral no tendría una categoría en especial, considerando que resulta ser sólo una entre muchas. El relativismo cultural es realmente una mezcla de varios pensamientos. Es importante separar los distintos elementos de la teoría, porque al analizarlos, algunas partes resultan ser correctas, mientras que otras parecen erróneas. Cabe resaltar entre estos puntos varias ideas de por qué los relativistas consideran que se deben respetar las diferentes culturas:
Las sociedades son diferentes en cuanto a su educación moral; ya que cada pueblo, grupo o sociedad tiene diferentes formas de educación que son correctas para ellos.
Cada sociedad propone como correcto lo que para ellos está bien según sus creencias morales; como bien menciona, cada cultura es diferente.
El relativismo cultural considera por tanto imposible decir qué criterio es mejor dentro de varias sociedades, porque que son totalmente diferentes moralmente; esto sigue con lo mismo, esta corriente considera que no se debe aprobar algo solo porque dentro de una sociedad esté visto como bien hecho, considerando otra sociedad en donde se considera lo contrario.
El relativismo cultural considera que no hay una sola verdad que abarque la verdad absoluta dentro de todas las verdades. Partiendo de este último punto los relativistas tratan de explicar por qué todas las sociedades son diferentes, con sus autorizaciones y sus limitantes, según sus creencias morales.
Según esta filosofía, ninguna de las culturas nos podría permitir con propiedad decir cuál es la que tendría que ser superior y por qué, ya que lo que para unos sea lo correcto contrastará con otro grupo humano para el que no lo sea. Por ejemplo, citando a Alain de Botton, "nadie debería juzgar las acciones de otras sociedades, por el solo hecho de ser diferentes a las nuestras, tenemos que ser tolerantes y aceptar que simplemente todos somos diferentes". El relativismo cultural no plantea una legitimación de manifestaciones culturales aparentemente en contraste o extremadas (caso de la confrontación de la relación entre todas las culturas), sino que predispone a explicar esas manifestaciones de acuerdo con la lógica propia del grupo en el cual esa manifestación tiene lugar. Mientras los defensores del relativismo sostienen que es una actitud de conocer todas las implicaciones y las contradicciones que
una costumbre plantea dentro del mismo sistema cultural, sus críticos aducen que se trata en realidad de una legitimación de determinadas prácticas concretas, que se dan en una cultura particular. El relativismo cultural sería, según estos criterios, incompatible con la existencia de Derechos Humanos universales. Sin embargo, los relativistas aclaran que el argumento de las diferencias culturales no es convincente porque implica cierta contradicción entre la premisa y la conclusión, o sea, entre lo que se cree y lo que realmente es. Para entender esto, pensemos que es muy sencillo explicar la sucesión de los días y las noches y la variación de las estaciones del año, por los movimientos de rotación y traslación de la Tierra alrededor del Sol. Por otra parte, hay algunas culturas que asocian este hecho con la divinidad de sus dioses. A pesar de dicha contradicción, el relativismo cultural considera que no tenemos motivos para creer que si hay realidades morales, todos deban saber acerca de ellas. La postura denominada comúnmente relativismo cultural sostiene que todas las culturas son igualmente válidas. Por esta razón, el relativista no encuentra razón para juzgar a los individuos de otras culturas Los valores que ite como válidos dependen de la cultura en la que se encuentran. De esta manera lo que es bueno en una cultura no lo es en otra pero todas las posturas valen por igual. Es, en definitiva una postura tolerante con respecto a las conductas y a las ideas de los otros. No obstante, está siendo seriamente cuestionada por los que defienden la necesidad de reconocer los derechos humanos universales, ya que esto supone itir que reconocemos la existencia de derechos iguales a pesar de las diferencias entre los grupos humanos. Este planteo implica que si bien es necesario respetar las costumbres de los diferentes pueblos es preciso, no obstante, establecer criterios universales para juzgar las violaciones a los derechos de las personas. En este sentido es interesante considerar que atender a la diversidad y reconocer las diferencias no necesariamente obliga a renunciar a la unidad de la especia humana. Por un lado es ventajosa esta posición en el sentido que promueve la tolerancia y el respeto por las culturas, pero, por otro se corre el riesgo de itir cualquier costumbre, en aras de esa tolerancia, aún cuando esa costumbre atente contra la dignidad de los seres humanos. En estos últimos años, y a consecuencia del incremento de inmigrantes procedentes del llamado «tercer mundo» a los diversos países de Europa, vuelven a resurgir con gran virulencia los debates entre relativistas culturales o integracionistas con los intolerantes que exigen la adaptación del inmigrante a la cultura propia del país de acogida. Y ello sin perjuicio de que la "adaptación" requiera, por parte de quien debe adaptarse, desprenderse de instituciones consideradas como «señas de identidad» de la cultura de origen (pongamos por caso: el shador, la burka, la poligamia, la ablación del clítoris, la circuncisión, el disco labial, el vudú, la institución de los maridos visitadores, la pena de lapidación o de mutilación, la vendetta, etc.).
Las acusaciones que los defensores del relativismo cultural, o los defensores del pluralismo, dirigen contra quienes no comparten sus puntos de vista, suelen canalizarse a través de algo que ellos consideran como la más terrible denuncia: etnocentrismo. Ser acusado de etnocentrista es tanto, prácticamente, como ser acusado de intolerante, intransigente, arcaico, racista, violentador de los derechos humanos, «carne de la derecha más conservadora», e ignorante del ABC de la Antropología moderna, caracterizada precisamente como disciplina constituida desde la perspectiva del pluralismo o del relativismo cultural. LA PRODUCCIÓN La producción es una consecuencia de la aplicación de la tecnología y el trabajo humano a los recursos naturales. El tipo de producción más fundamental es el de la energía. La vida y la cultura humanas no pueden existir a menos que las sociedades adecuen y transformen la energía disponible en el ambiente. La cantidad de energía producida y el método de producción depende a su vez de una interacción entre la tecnología productora de energía que una cultura posee en un momento dado y las características de explotación del hábitat, tales como la luz solar, los suelos, bosques, las lluvias o los depósitos minerales, a los que dicha cultura tiene . Ya que ni la tecnología ni las características del ambiente pueden cambiarse rápida o ilimitadamente, la forma de producción de energía de una cultura ejerce una poderosa fuerza que constriñe toda la manera de vivir de un pueblo. La interacción entre tecnología y medio ambiente durante el proceso de producción de energía es también básica para entender lo que es la ecología humana (a veces llamada ecología cultural), el estudio de cómo las poblaciones humanas y sus actividades están afectadas por las características orgánicas e inorgánicas de su medio ambiente y de cómo estas características orgánicas e inorgánicas a su vez se ven afectadas por las poblaciones humanas y sus actividades. El estudio comparativo de las formas de producción implica el estudio de los aspectos cuantitativos y cualitativos de la producción y consumo de energía. La mayor parte de la energía que fluye a través de los sistemas energéticos preindustriales consiste en energía alimentaria. La tecnología de la producción energética no puede alterarse a capricho. Ha evolucionado a través de sucesivas etapas de competencia técnica en las que el dominio de un conjunto de útiles y máquinas se basa en un conjunto anterior. Gracias al avance tecnológico, la energía disponible per cápita ha crecido constantemente. Sin embargo, la tecnología nunca existe en abstracto, sino sólo en casos concretos y en interacción con un entorno particular; la tecnología no domina o controla el entorno natural. Incluso en los ecosistemas industriales más avanzados, el agotamiento y contaminación de los habitáis agrega costos inevitables a la producción y consumo de energía. La interacción de la tecnología con el entorno natural determina la capacidad de sustentación, que constituye el límite superior de la producción, y por tanto de la densidad de población humana posible sin agotamiento y daño permanentes. Cuando se rebasa la capacidad de sustentación, la producción disminuye bruscamente. Sin embargo, el hecho de que un sistema de energía alimentaria
funcione dos tercios por debajo de la capacidad de sustentación no significa que las restricciones ecológicas estén ausentes. Los sistemas de energía de las culturas tienden a detener el crecimiento antes de alcanzar el punto de los rendimientos decrecientes, definido como el punto en el que la razón entre output e input empieza a disminuir, manteniendo constante la tecnología. También hay que hacer una distinción entre los efectos del crecimiento y los de la intensificación. El crecimiento puede continuar durante un largo tiempo sin que provoque una disminución en la razón entre output e input. Sin embargo, la intensificación, que se define como un input aumentado en un área determinada, puede conducir a agotamientos críticos, disminución de los rendimientos y daño irreversible para la capacidad de sustentación del habitat. Todos los factores de los ecosistemas deben enfocarse desde la perspectiva de la ley de Liebig, que establece que los extremos, no los términos medios, constituyen los límites de la capacidad de sustentación. Una respuesta cultural común a la disminución de la eficiencia como consecuencia de la intensificación es alterar la tecnología y, por tanto, adoptar nuevos modelos de producción. La caza y recolección fue el modo universal de producción de alimento durante el período paleolítico, lo que representa más del 90 por ciento de la existencia de la humanidad. Como en el ejemplo de los !kung san, mientras la eficacia output/input de los cazadores y recolectores es baja, especialmente para la actividad de caza dominada por los varones, manteniendo densidades de población bajas y evitando la intensificación, los cazadores y recolectores pueden disfrutar de altos, niveles de vida. La eficiencia energética tiene un importante papel en la selección de las especies que los cazadores recolectores usan como alimento. De acuerdo con la teoría de la optimización del forrajeo, los forrajeros sólo se paran a coger aquellas especies cuyo manejo añada o por lo menos no disminuya la eficacia final de su esfuerzo de forrajeo. Los agricultores de tala y quema como los tsembaga producen sus necesidades calóricas con mayor eficiencia que los!kung san, pero han agotado los animales de su habitat y deben confiar en sus cerdos costosamente domesticados para satisfacer sus necesidades de proteínas y grasas animales. Pero empleando la agricultura de regadío, el pueblo de luts'un produce un gran excedente. A pesar de su alta razón output/input trabajan más en la producción de alimentos que los !kung san o los tsembaga. El pastoreo es otro modo de producción de alimentos preindustrial aunque raro, que es practicado sólo en áreas inadecuadas para la agricultura. La razón de esto es que al utilizar las plantas en la alimentación de animales domesticados en vez de consumir las cosechas directamente tiene lugar una reducción del 90 por ciento en la eficacia de la conversión de la luz solar en alimento humano. Como Leslie White predijo, ha habido un progresivo aumento en la cantidad de energía utilizada per cápita a medida que las culturas han ido evolucionando. La eficiencia energética también ha aumentado como se ha podido medir a través del incremento en el input de trabajo humano. Pero cuando en el cálculo de dicha eficiencia se incluyen fuentes de energía distintas de las humanas, se muestra que los avances tecnológicos suponen una disminución en la
eficiencia de la producción alimenticia. Esto queda demostrado por el enorme gasto de energía que caracteriza a los sistemas agrícolas e industriales.
LA REPRODUCCIÓN
La reproducción es una forma de producción —el «producto» son nuevos seres humanos producción limita la reproducción. En contra de la teoría defendida por Thomas Malthus, las poblaciones normalmente no alcanzan un límite máximo de producción, ni normalmente son destrozadas por la inanición y otras catástrofes. Por el contrario, normalmente se mantienen muy por debajo de la capacidad de sustentación. La reproducción lleva a la presión demográfica, lo que a su vez conduce a una intensificación, agotamiento y cambios en las formas de producción. Esto puede ser apreciado en la secuencia que va desde la caza mayor del Paleolítico hasta la agricultura del Neolítico. Las variaciones en las tasas de reproducción no pueden ser explicadas por el deseo universal de tener hijos. Más bien, las tasas de reproducción reflejan los distintos costos y beneficios que supone el criar hijos bajo diferentes modos de producción. Las tasas de reproducción en los cazadores-recolectores están influenciadas por la necesidad de que las mujeres eviten transportar al mismo tiempo a más de un bebé para recorrer grandes distancias, así como por la limitada intensificación de la forma de reproducción de los cazadoresrecolectores. Los agricultores sedentarios crían más hijos porque la agricultura puede ser intensificada, se reduce la carga que supone el transportar bebés y niños pequeños, los niños empiezan a «valerse por sí mismos» más rápidamente y los niños mayores pueden cuidar de los más pequeños. Los hallazgos procedentes de sociedades rurales contemporáneas apoyan este enfoque costo/beneficio en su relación con los índices de reproducción. En Java los niños aportan alrededor de la mitad de todo el trabajo realizado por los del hogar. En Bangladesh, los niños varones a la edad de 12 años producen más de lo que consumen, y en tres años han compensado todos los gastos previos que se han hecho con ellos. Y lo que es más, en contra de la opinión popular de que los hogares rurales más pobres son los que tienen más niños, a menudo existe una correlación positiva entre gran número de niños y mayor riqueza de las familias. Con la expansión del empleo urbano, industrial, técnico y cíe oficinas, las ventajas de criar menos hijos «a mayor costo » supera a las ventajas de criar muchos hijos «más baratos». En la India y en Sri Lanka, el número de niños por mujer ha disminuido a medida que los niños han dejado de desempeñar un papel importante en la agricultura; los hijos de aldeanos tienen más facilidad para desarrollar trabajos de oficina y más oportunidades en los negocios, lo cual requiere niveles altos de educación. Estos cambios en los costos de criar hijos, en relación con las nuevas formas de producción, son similares a los
cambios que originaron la «transición demográfica» en el siglo XIX en Europa y en los Estados Unidos. Así pues, nuevamente en contra de las teorías de Malthus, las culturas preindustriales regularon el tamaño de sus familias con el fin de minimizar los costos y maximizar los beneficios de reproducción. A pesar de que carecían de los modernos métodos de contracepción o de aborto, no por ello carecían de medios para controlar las tasas de nacimientos y de muertes. Para ello empleaban fundamentalmente cuatro tipos de métodos: cuidados y tratamiento del feto, bebés y niños; cuidados y tratamiento de las niñas y las mujeres; intensidad y duración de la lactancia, y cambios en la frecuencia de los coitos heterosexuales. Existen gradaciones sutiles entre aborto, infanticidio y mortalidad infantil inducida. En tanto se da una gran controversia sobre si la mala alimentación reduce la capacidad de la mujer para quedar embarazada, no hay duda de que dicha mala alimentación pone en peligro la vida de la madre, el feto y el niño. La amenorrea asociada a la lactancia es una forma más suave de regular la fertilidad y se ha practicado extensamente por la población preindustrial. Finalmente, diversas formas de actividad sexual no reproductiva y un cierto grado de abstinencia sexual pueden suponer aumento o disminución de las tasas de reproducción. Mientras que existe un componente «natural» en la tasa de mortalidad, la influencia de las variables naturales está siempre condicionada, hasta cierto grado, por las prácticas culturales. Más aún, la influencia de las enfermedades en las tasas de mortalidad en sociedades de bandas y aldeas no debe ser exagerado. Sorprendentemente, incluso cuando la población sufre epidemias, sequías, hambre y otras catástrofes naturales, siempre se recurre a métodos culturales para dejar que unos vivan y otros mueran. Un claro ejemplo de tales métodos puede observarse en el nordeste de Brasil. Madres pobres que carecen de a los modernos métodos contraceptivos o al aborto médico contribuyen a las extremadamente altas tasas de mortalidad infantil por medio del abandono selectivo y el infanticidio directo de sus retoños no deseados. Pero hay que tener cuidado para no «culpar a las víctimas»: careciendo de medios para criar a sus hijos, estas madres no tienen ninguna forma de evitar una elección trágica.
EL PARENTESCO
El estudio de la vida doméstica en multitud de culturas de todo el mundo ha llevado a los antropólogos a concluir que dos ideas o principios mentales intervienen en la organización de la vida doméstica en todas partes. La primera es la idea de afinidad o de las relaciones a través del matrimonio; la segunda, la idea de filiación. Las personas relacionadas entre sí a través de la filiación o de una combinación de afinidad y filiación son «parientes». El campo de ideas constituido por las creencias y expectativas que los parientes comparten entre sí se llama parentesco. El estudio del parentesco debe empezar, por tanto, con los componentes mentales y sanguíneos de la vida doméstica. El parentesco se basa en relaciones trazadas a través del matrimonio y la filiación. La filiación es la creencia de que ciertas personas desempeñan un
papel especial en la concepción, nacimiento o crianza de los hijos. Existen muchas teorías populares sobre la filiación, aunque ninguna de ellas corresponde con exactitud a las actuales explicaciones científicas de la procreación y la reproducción. Las principales variedades de reglas de filiación cognaticia son la bilateral y la ambilineal: están asociadas, respectivamente, a las parentelas, por una parte, y a los linajes y clanes cognaticios, por otra. Las principales variedades de filiación unilineal son la matrilinealidad y la patrilinealidad, asociadas, respectivamente, a los patri-matrilinajes o a los patri y matriclanes. Una clave importante para comprender los modos alternativos de filiación y organización doméstica es la pauta de residencia postmarital. Así, la filiación bilateral y los grupos basados en ella se relacionan con la neolocalidad, la bilocalidad y la ambilocalidad. Más específicamente, las formas flexibles y móviles propias de la organización en bandas se ven facilitadas por la bilocalidad, mientras que el mayor aislamiento de la familia nuclear en las economías de mercado da lugar a la neolocalidad. Por otra parte, los linajes y clanes cognaticios dan expresión funcional a la ambilocalidad. Los grupos domésticos unilineales reflejan pautas de residencia de tipo unilocal, que a su vez implican núcleos de bien definidos y un énfasis en los derechos exclusivos sobre recursos y personas. Hay una alta correlación entre la patrilocalidad y patrilinealidad, por un lado, y matrilinealidad, matrilocalidad y avunculocalidad, por otro. Los grupos patrilocales y patrilineales son mucho más frecuentes que los matrilineales o avunculocales. La razón de ello estriba en que, entre las sociedades aldeanas, las actividades de caza, guerra y comercio son monopolio de los varones. El énfasis en la corresidencia de padres, hermanos e hijos y la formación de grupos de interés fraterno resulta ventajoso para el desarrollo de estas actividades. Cuando aumentan la densidad demográfica y la presión sobre los recursos, las expediciones de guerra, comercio y caza a largas distancias pueden cobrar valor de adaptación para los grupos locales. La disolución de los grupos de interés fraterno y la estructuración de la vida doméstica en torno a un núcleo de madres, hermanas e hijas —dicho de otro modo, el desarrollo de una organización matrilocal y matrilineal— facilita este tipo de empresas. Ahora bien, como los varones de las sociedades matrilineales y matrilocales continúan dominando las instituciones militares y políticas, muestran una inclinación a reinjertar el principio patrilineal en la vida doméstica y moderar los efectos de la matrilocalidad sobre su control de los hijos e hijas. Esto explica el hecho de que haya tantas sociedades matrilineales de tipo avunculocal como de tipo matrilocal. Así, la principal función de las reglas alternativas de filiación puede describirse como el establecimiento y mantenimiento de redes de parientes cooperadores e interdependientes, incorporados a unidades domésticas de producción y reproducción adaptadas a su entorno ecológico y militarmente seguro. Para que estas unidades actúen con eficacia y seguridad, deben compartir una ideología organizativa que interprete y valide la estructura del grupo y la conducta de sus . Esta interpretación de las reglas de parentesco es también aplicable a las principales modalidades de los sistemas terminológicos de parentesco. Dichos sistemas tienden a agrupar a los parientes de acuerdo con los principales rasgos de la organización doméstica, las prácticas de residencia y las reglas de
filiación. Por ejemplo, la terminología esquimal está funcionalmente relacionada con organizaciones domésticas en las que la familia nuclear tiende a ser móvil y aislada; la terminología hawaiana, con linajes y clanes cognaticios, y la iroquesa, que hace hincapié en la distinción entre primos cruzados y paralelos, con grupos de filiación unilateral. CONCLUSIONES La antropología cultural tiene como objeto de estudio las distintas culturas de los grupos humanos, ya sean culturas primitivas o actuales, las características del comportamiento aprendido en las sociedades humanas, es decir, ciencia de la cultura humana, y se vincula a otras ciencias como la arqueología, la psicología o la lingüística, por ejemplo, que resultan muy importantes a la hora de establecer y comprender las pautas de comportamiento y los valores culturales. La antropología es fundamentalmente multicultural. Los primeros estudios antropológicos analizaban pueblos y culturas no occidentales, pero su labor actual se centra, en gran medida, en las modernas culturas occidentales (las aglomeraciones urbanas y la sociedad industrial). Lo que diferencia a la antropología de las otras disciplinas es su carácter global y comparativo. Otras ramas del saber abordan únicamente un segmento concreto de la experiencia humana o una época o fase concreta de nuestro desarrollo cultural y biológico. Pero los antropólogos nunca fundamentan sus descubrimientos en el estudio de una sola población, raza, tribu, clase, nación, tiempo o lugar. Cultura es todo complejo que incluye el conocimiento, el arte, las creencias, la ley, la moral, las costumbres y todos los hábitos y habilidades adquiridos por el hombre no sólo en la familia, sino también al ser parte de una sociedad como miembro que es. La palabra cultura es de origen latín “cultus” que significa “cultivo” y a su vez se deriva de la palabra “colere”. El concepto de interculturalidad apunta a describir la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos sociales que establecen un o intercultural, se encuentra por encima de otro, en condiciones de supremacía en relación con el otro, como condición que favorece la integración y la convivencia armónica de todos los individuos. Cabe resaltar que este tipo de relaciones interculturales supone el respeto hacia la diversidad; aunque es inevitable el desarrollo de conflictos, éstos se resuelven a través del respeto, el diálogo y la concertación. Para que la interculturalidad sea efectiva, es necesario que se cumplan tres actitudes básicas, como la visión dinámica de las culturas, el convencimiento de que los vínculos cercanos solo son posibles por medio de la comunicación y la conformación de una amplia ciudadanía donde exista la igualdad de derechos.
El relativismo cultural es la actitud o punto de vista por el que se analiza el mundo de acuerdo con los parámetros propios de cada cultura. Su filosofía defiende la validez y riqueza de todo sistema cultural y niega cualquier valoración absolutista moral o ética de los mismos. Se opone al etnocentrismo y al universalismo cultural —de carácter positivista— que afirma la existencia de valores, juicios morales y comportamientos con valor absoluto y, además, aplicables a toda la humanidad. La producción es una consecuencia de la aplicación de la tecnología y el trabajo humano a los recursos naturales. El tipo de producción más fundamental es el de la energía. La vida y la cultura humanas no pueden existir a menos que las sociedades adecuen y transformen la energía disponible en el ambiente. La reproducción es una forma de producción —el «producto» son nuevos seres humanos producción limita la reproducción. En contra de la teoría defendida por Thomas Malthus, las poblaciones normalmente no alcanzan un límite máximo de producción, ni normalmente son destrozadas por la inanición y otras catástrofes. Por el contrario, normalmente se mantienen muy por debajo de la capacidad de sustentación. La reproducción lleva a la presión demográfica, lo que a su vez conduce a una intensificación, agotamiento y cambios en las formas de producción. Las personas relacionadas entre sí a través de la filiación o de una combinación de afinidad y filiación son «parientes». El campo de ideas constituido por las creencias y expectativas que los parientes comparten entre sí se llama parentesco. El estudio del parentesco debe empezar, por tanto, con los componentes mentales y sanguíneos de la vida doméstica.