Universidad Nacional Autónoma de México Escuela Nacional Preparatoria No. 2 Erasmo Castellanos Quinto
Análisis del poema Retrato
Nombre: Reséndiz Ramírez Tyra Oney
Grupo: 401
Materia: Lengua Española
Fecha de entrega: Martes 24 de Febrero 2015
Análisis del poema Retrato
El poema Retrato, escrito por Antonio Manchado, redactado en el año 1906, perteneciente al poemario “Campos de Sevilla” en 1912, es un texto encasillado en el género lírico, considerado un poema mayor, por poseer una métrica de cada uno de los versos de 15 sílabas. Se encuentra integrado por 36 versos, de los cuales están distribuidos en 9 versos y organizados en cuartetos. El tipo de rima de este poema es consonante. Dentro de este poema podemos apreciar diferentes figuras retóricas, las cuales serán mencionadas y analizadas en el presente escrito. El autor del poema empieza a, justamente, retratarnos algunos lugares y recuerdos que se presentaron en la niñez de la vida de éste, utilizando la figura retórica de la imagen para ello. Comenzamos por la primera estrofa; en “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero…” Inmediatamente, en la segunda estrofa, podemos encontrar una comparación entre él y dos personajes de la época, famosos por ser conquistadores y mujeriegos. “Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido”, haciendo entender al lector que él no tuvo comportamientos similares a los de estos personajes. Además, Machado añade una metáfora cuando nos menciona “… más recibí la flecha que me asignó Cupido / y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario” refiriéndose a los amores que tuvo a lo largo de su vida, y cuanto las amó. Justo después, en la tercera estrofa, podemos identificar el uso de una antítesis, y de igual manera, una prosopopeya, cuando escribe “Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, / pero mi verso brota de material sereno”, ya que los jacobinos eran un grupo político activo durante la Revolución sa que defendían la soberanía popular, la República y la indivisibilidad de la nación, contrario a lo que nuestro autor deja claro en el verso 10 dando a entender que él no es ningún revolucionario; Machado expone en los dos versos siguientes “…y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.” aclarando que él no sigue modas políticas, , sencillamente se consideraba
un
hombre bueno. El autor comienza el cuarto cuarteto de una manera clara, al explicarnos en el primer y segundo verso, “Adoro la hermosura, y en la moderna estética / corté las viejas rosas del huerto de Ronsard…”, la definición de sí mismo y de su estilo poético: le gusta y está a favor de la poesía, la belleza y lo hermoso que tiene “la moderna estética”, el movimiento modernista, del cual es indudable que está tratando, e incluso reconoce haber formado parte,
junto con las nuevas corrientes poéticas con las que se relacionó en su primer viaje a París, donde influenciado por el Renacimiento Francés, cuyo mayor representante fue Pierre de Ronsard, de quien el autor utiliza una metáfora en los versos ya mencionados con anterioridad, dando a entender que él retoma lo que Pierre estableció, escribió su primer poemario: “Soledades” y otros poemas acerca de los postulados del movimiento modernista. Continúa esta misma estrofa añadiendo que, a pesar del gran amor que le tiene a toda esta belleza, está en contra de la superficialidad: “...no amo los afeites de la actual cosmética / ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.”. Él no pertenece a las corrientes literarias de su tiempo y es muy diferente entre los demás poetas, con lo que hace alusión al “gay trinar”, el cual proviene del vocablo provenzal gai, que significa alegre o pícaro, para para indicar que él no era un ave de esas que canta alegremente; que no era igual a los demás. De esta manera continúa en los dos primeros versos de la siguiente estrofa: “Desdeño las romanzas de los tenores huecos / y el coro de los grillos que cantan a la luna”, en donde hace uso de una prosopopeya que le atribuye a éstos pequeños insectos, en la cual se manifiesta en contra de lo carente de sentido y significado, a lo que dirigimos nuestros pensamientos. Continúa: “A distinguir me paro las voces de los ecos / y escucho solamente, entre las voces, una.”, donde utiliza la figura retórica del hipérbaton, en el primer verso, además de la metáfora en ambos, haciendo referencia, no creo que a nada divino, pues de lo contrario entraría en contradicción con el verso 16, sino que esa única voz a la que le hará caso por encima de las demás es la suya propia. El sexto cuarteto de nuestro poema, comienza cuando el autor postula una pregunta sencilla, seguida de una comparación entre él, como poeta, al capitán de alguna embarcación. De igual manera en el verso número 21 podemos observar una prosopopeya en “Dejar quisiera / mi verso, como deja el capitán su espada: / famosa por la mano viril que la blandiera, / no por el docto del forjado preciada.” Ya que, como se mencionó anteriormente, hace alusión a que él sería el capitán que deja de lado su espada, la cual le es esencial, pero en el caso del autor, éste deja su escritura. Posteriormente, en el séptimo cuarteto, al decir “Converso con el hombre que siempre va conmigo”, nos presenta una imagen ya que haciendo referencia a él mismo. En el verso número 27 continúa con la imagen de sí mismo, al decir “mi soliloquio es plática con ese buen amigo / que me enseñó el secreto de la filantropía.” Al referirse a sí mismo como “buen amigo” nos explica que nosotros somos la persona con la cual tenemos mayor o, así que si nos sabemos amarnos, nunca podremos amar a alguien más, de ahí el final del
séptimo cuarteto donde nos habla de que, empezando consigo mismo, practica la filantropía, su amor y solidaridad hacia los demás. En la octava estrofa el autor expresa que todo lo que posee en ese momento, su trabajo, su dinero, la casa en donde habita, y hasta su vestimenta es gracias a su propio trabajo, nos da a entender que no le debe nada a nadie, y que se remite a su trabajo. En esta estrofa hay prosopopeyas como “…el traje que me cubre” y “ el pan que me alimenta” y hace referencia a que no le pueden reclamar nada porque cubre con sus responsabilidades. Finalmente, en la novena estrofa, Antonio Machado hace una analogía de su vida con un último viaje en barco del que nunca regresara, que interpretamos como su muerte. Él espera que en ese viaje final no tenga que cargar con equipaje, una metáfora que se puede interpretar como que no desea cargar con cosa negativas, deseando ir lo más ligero, “…casi desnudo, como los hijos del mar”, refiriéndose a que se morirá de la misma manera en que nació, desnudo, sin ningún bien material.
Puedo concluir que en este poema el narrador esta en primera persona y representa el mismo autor, Antonio Machado, que el relata estos versos desde el más profundo corazón, ya indicándolo el título, haciendo una descripción de sí mismo y su experiencia en la vida. Machado nos explica cómo fue su infancia, luego más tarde lo que sería su juventud y lo que él predice de lo que le pasará en el futuro que concluye que será la muerte, retratando esto último muy bien en la última estrofa, donde la relata de forma metafórica. Después de realizar este trabajo de análisis, me doy cuenta de que, a pesar de sus símbolos y sus figuras retóricas, no es un poeta demasiado difícil, porque él no pretendía oscurecer el mensaje, ni hacerlo un rompecabezas que se requiera de componer pieza a pieza. Él cree en la creatividad, en la palabra, en el arte y en el poeta que hace claro su mensaje, para que todo lector pueda comprenderlo.