Acupuntura Urbana. Jaime Lerner-libre 696yc

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con Lrn pinclrazo de aguja sería pr:sible curar las enfermedades. El principio de recuperar la energía de un punto enfermo o cansado por rneclio de. un simple pinchazo tiene que ver con la revitalización de ese punto U del área que hag a su alrededor. Creo que podemos U debemos aplicar algunas "nragias" de Ia medicina a las ciucJades, pues rrLrclras eslán enfermas, algunas casi en estado terminal. Del mismo modo en que la rnedicina necesita la interacción entre ei nrédico g el paciente, en urbani.smo también hacer que la cíudad reaccione. es necesario ,, Tocar un área de tal modo que pueda agudar a cLrrar, nrejorar, crear reacciones positivas U en cadena. Es necesario intervenir para revitalizar, hacer que el organismro trabaje de otro modo. .¡ÁtME tEF¿t'{ER

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escucho halllar sollre el ¡:rogreso de las ncias, siempre recuerdo que es sobre la base de rrtuición c¡ue elias cian el salto creativo capaz de 'ir un nuevo e inesPerado canrino' exarx¡namos la actuación de Jainre Lerner en lampo clel Urbarrisnro, vamos a ver como la intuición lo que le ha llevado a acometer las nsfórnraciones urbanísticas que confieren a riti tta c aracterísticas completa mente dif erentes ,otras caPitales de Brasil. eviclente que han inf luido los conocimientos :anísticos indispensables, pero que a mi modo de r, [rubiesen sido insuf icientes, si hubiese faltado lalento g l, intriciÓn a la que me refiero' El Novo rseu clo Paran.á sirve de ejemplo. Fue gracias a sensibilidad que surgiÓ la idea de transformar uella antigua escuela en ese museo que marca a nueva etapa de la vida cultural de la ciudad' r todo esto recomiendo la lectura de este libro, nde los problemas del urbanismo I la sociedad se lelazan cle una fornra inteligri:nte g actualizada' üncJo

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La idea de publicar en español este libro surgió'cJe un entrañable encuentro con Jaíme Lerner en enero de 2004 en el IAAC, g de su generosidad err confiar en nosotros la publicación en español de Acupuntura urbona.

V/illg Müller. IAAC.

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El Viejo Cine Nuevo

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La recuperación de un río.

lntroducción Los coreanos en Nueva York

15 La ciudad prohibida 15 Cali 17 No hacer nada, con urgencia l9 ,4round the clock o La ciudacl 24 horas 21 Gerrerosiclad urbana 27 Acupuntura por la música 29 Continuidad es vida I 31 Los sonidos, Ios colores.g los olores de la calle 55 Un buen reciclaje 35 Gente en la calle 37 Smort cor, smart bus 59 Compromiso de solidariclad 41 ¿Conoces la biudad en la que vives? o Dibuja tu ciudacl 45 lnstrucciones para hacer uña acupuntura urbana 47 0cio creativo contra mediocridad laboriosa 51 Autoestima, una buena acupuntura 55 La luz es una buena acupuntura 55 Acuapuntuia 57 La tarjeta de movilidad 59 Reloj ecológico .

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t;l ¡\rborizar 6j Mer¡oria producida 65 De parques, plazas g monumentos 69 La gr-ría de una página 71 Co.lesteroi urbano 73 Edificios con dignidarl 75 Acupuntura del silencio "/9 Ranrblas g galerías Bl Un pinchazo rápido dr"leie menos B5 Trampantojo 87 Carta a Fellini 89 Cómo encontrar a una persona en una 93 ^

La presencia de un genio

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Una l¡a.rra cle bar

105

Amor a la ciudad

Mercados

lrrtroducción Siempre tuve la ílusión g la esperanza de que con un pinchazo de aguja sería posible curar ias etrfermed¿rdes. El princÍpio de recuperar la energía de un pLlnto enfernro o cansado por medio de un simple pínchazo tierle que ver con la revitalización de ese punto g clel área c¡tte hag a su

alreciedor.

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Creo que podenros g debemos aplicar algunas "n-lagias" r.le la medicina a las ciudades, pues mucl-ras están etl[ermas, algunas casi en estado terminal. Del nrismo modo en que la medicina necesita la interacción entre el médico g el

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paciente, en urbanismo también es necesario hacer que la ciudad reaccione. Tocar un área de tal modo que pueda agudar a curar, mejorar, crear reacciones positivas g en cadena. Es necesario intervenir para revitalizar, hacer que el organisriro trabaje de otro modo. Muchas veces me pregunto por qué cieternrínadas ciudades consiguen transformaciones importantes g positivas' Encuentro muchas g varíadas respuestas, pero una de ellas me parece común en todas estas ciudades innovadoras: porque en ellas se propició un comienzo, un despertar. Eso es lo que hace que una ciudad reaccione.

Sabemos que el planteamiento es un proceso. Por [¡ueno que sea, no consigue transformaciones innrediatas. casi sienrpre es una chispa que inicia una acción g la consecuente pro[-ra: gación de esta acción, Es lo que llamo una buena acupuntura' Una verdadera acupuntura urbana.

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urbana podríarrros cJe buena acupuntura ¿Qué eienr¡:,los en San Francisco' { enuinei'ar?[l reciclaje de Ia Cannerg' A veces' es una:?t: qi" Ei ¡:arque GÜell, et¡ Barcelona' ue el caso del Centro pro¡r,.i. un camllio cultural' conro f ola de^Bilbao' de Frank Gehrg' Porl¡:idou, en Paris, dei Museo Siation' de l'lueva York' restauración cle la Grand Cent¡-al viene por medio de un 0iras veces, la acr'rpuntura urbana pepi rá m i d e. '^'i, ;. n;;. ¿ e s e,, i a i ¿ t ti, t o nt o a I "' -tt':lf ll de. Buenos Aires' g el ponj.unto ración del Puerto Madero' etr Belo Horizonte (Bras il). la Pampulha, cle 0scar t'tiemeUellen *,",'-"o rk. ccsas pequeñas,,c"o?"t" "'[but"e :n lnstituto del Mundo Aral¡e ü grancJes obras, como las del g el Museo del Holocausto' de clé Jean Nouvel, en París'

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se dan más por necepropio sanar las heridas que el siclad qLte por deseo, para Con el aleza' como las canteras' l'ronrbre procJujo en la natur paisajt tiempo, estas heridas crearon otro ":,::ip^Y:].::' es aprovechar estos palsaJes qtre cia excelentes resultados mal' Un eiemplo claro g corregir lo que el hombre ha,hecho la ciudad brasileña de g bueno es la pPera de Ararnel en re'ewag en San Francisco' Curil.iba. 0 la retirada de la f transporte han generado buenas Ou hu.ho, los siste¡las de mundo' tstán Pfesltlet "n acupunturas urbanas en todo el estaciones de nretro de las bellas eniradas de las seculares Foster' en Bilbao' g en lcs Paris, en las estaciones de Nornran del Sistenra Expresso' en Curitiba'

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La aCUpuntura urbana no sienr¡lre Se tradulCe etr ol:ras. En algunos CaSoS¡ basta Con introducir una Ilueva costttnlbre,

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Además, al f uncionar ininterrrurl.lpidamente, las tiendas acaban siendo una referenciar importante en la ciudad. Por eso, los coreanos desconocidos g sus pequeños comercios agudan a hacer una buena acrupuntura urbana etl Nueva Yorl<; nrejor que cualquier program¡a de animación cultural' Muchos de estos comercios de Nueva York recuerdan lo que representaba para París el me,:rcado de Les t-lalles de nradrugada. Durante décadas fue el corazón de la ciudad que ltizo lailr la vida rJe varias generaciones. O recuerdan los mercaclos que íuncionan durante tocla la rioclre en varias ciudades del mundo. En París, entre la rue de Seine 9l'a rue de Bucci' conti-

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un pequeño mercado'

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el mercado ' Tarnpoco faltan los ejenr¡:los orientales' conlo mucho antes del del ¡lescaclo cle Tokio g su actividad febril i'agaS gigantes' en anraneCer. Allí se venden ¡lul¡:ros inntensoS, entreg un encuentro cle personas aninradas completamente aproxima' gaclas a la tarea de dar forma al día que se qr-re trabaja de Tarnl¡ién suelo clecir que toda esa gente que atienden a una nraclrr.rgada forman un equipr: de personas Constitugen la verdaciurclarJ que no puede dejar de respirar' la ciudad' clera Utridacl de Cuiclados lntensivos de

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Viejo Cine N.uevo

intente Es fundamentalque una buena acupuntura urbana mantener o rescatar la identidad cultural de un lugar o de una comunidad. Hog en día, nruchas ciudades necesitan acupuntura porque dejaron de preocuparse por su identídad cultural. Un triste ejemplo es la desaparición de los cines nrunicipales. Antes, para la gente los cines representa ban ese espacio mágico donde confiuían la fantasía, la mtisica, la utopía, la realidad, el sueño, la esperanza. Adenlás, fueron un ¡;unto de encuentro fundamental para la ciudad. Los cines inllugeron en generaciones enteras, g no Únicamente err ei aspecto cultural. Eran lugares donde la gente se encontraba, discutía, se divertía g, habitualmente,.llevaba estas discusiones a otros

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clifundió la moda, la literatura, la riúsica, la lristoria. t,lada su¡:era al cine en lo que se refiere a la posibilidad de registrar las épocas más importantes de cada naciórl' Esas salas de cine contaron e hicieron historia. Sirr enrbargo, están desapareciendo en la magoría cle las ciudades rJel mundo. Los viejos cines se reforman para convertirse ett centros para otras activiclacles: supermercados, tenrplos, etc' En muchos lugares, las salas de cine tradicionales se lran sustituido por los multicines, pero eso es ga otra historia' El cine

La memoria de la ciudad es C0mo un viejo re'Lrato de fanril!a' Del nrismo rnodo que no se ronrpe esa vieja fotografía -g el

viejo cine forma parte de ella-, no se puede perder un punto cie referencia tan importante para nuestra ídentidad'

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En el Estado [:rasileño de Paraná, con el programa Viejc La recuperación de un río viejos cines Cine I'Juevo, henros empezado a recuperar los Aunque era la primera vez que visiiaba la ciudad, seúl parecía municipales. lntentamos dotarlos de los más modernos no ofrecer nínguna sorpresa. cltra aniigua ciudad asiática, ' artístico, nacional cine de equi¡:os para ¡:oder ctear circuitos I inrpulsada por una impresionanrte vitalidad, I cuga nroclerpor de multicines. las redes nruchas veces desdeñados nidad crecía vertiginosamente' Tanto, que n0 parecÍa que En realidad, es Ltn programa que refuerza nuestra identidad tuviera más de 800 años. cultural. Es una acupuntura urbana que intenta curar nuestra 0tra demostración de rapidez, con sus int¡ensas avenidas pérdida de memoria g de identidad. g autopistasr que llegan a un centro caÓtico donde la gertte

tiene que atravesar pasos subl.erráneos, subir g bajar escaleras, para, sinrplemente, cruzar una calle' Los coches se deslizan por un asfalto perfecl.o, casi corno si lo lricierall por uná alfornbra roja. Así se construgeron g destruUeron nruchas ciudades: darrdo prioridad a los coches. Ciudades lrermosas, históricasr con edificios y palacios de una arquitectura magnifica, rodeados

por los automÓviles, nuestros dragones actr-lales' La prinrera sorpresa en Seúl ll,r:gó cuando nos llamaron ¡lara aprobar-una iniciativa poco común en la magoría de las ciudacles. El Aguntarniento tenía la i¡¡tenciórr de reservar buena parte ciel espacio urbalo para el "autobús de Curitiba" (un autobús biarticulado), g Crear err varias zonas de la ciudad una red de transporte público bautizada con el nólnbre cle BRT: Bus Rapid Transit. La sorpresa nragor: el Gobierno de Seúl quería elinrinar un

macarrónico sistema de vías elevadas en el centro de 1a ciudad U recuperar un riachuelo, ellcn.ongqgecl'leon,ponde desembocaban las aguas del cleshielo de las colinas. l-lacía

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el riachuelo pera que n0 varias clécadas que l-rabían en,[errado g g contalninación del arrogo las se viera la degradación la Ias vías elevadas': cercanías- Encima, se constrL'lUeron el a ser c0mo antes' iecuperar Querían que el ltrgar volviera de su cLrrso' Ei progecto era río g revitalizar la región a lo larEo icliotez)' pero el alcalcie g su caro (cuesta nrucl-ro-corregir una También tenían la iniención de equipo estaban entusiasmados' : for people)' (cltg friendlg peatones los para abrir espacios los prouectos' Todos Tan prorrto llegamos, nos mostraron de la ciudad estaba' tenían una lectLlra muU clara' El ciiseño Es decir' tenían en mente claro, las colinas, el río revitalizado' de que los proUectos se la ciuclad. No tuve la menor d'¡da llevarían a cabo' de conversar con una de Eri Seúrl tanrbién tuve el privil'egio ciudad' Young-0ak Kim' utr las personas más "ono"id" de la que dejó ra universidad,para lilósof o licerrciado en Harva.J Kim dio clases de ;;;;;,;I. nrecticina. Al volver ie corea del sur,que se hizo mug filosofía durante clos años en un programa muU famoso¡ que ahora popr-rlar en su país' Es un hombre rie temas importantes' ha cleciclido convertirse en reportero Coincidimos l{uestra.conversaciór-l fue una celebración' la sencillez' síntesis de la r-lruc'o en la t,anera cle pensar U en impresionÓ más: le9é Ia Me dibujÓ la ciLrdaci. Y lo qr-re nre de cada siiio' de cada ciudacl, el sigrrificado de cacla región' si las ciudad.es nonrllre, cle n'lanera simple ¡¡ concisa. ¡Ah, más filésofosl tuvieran nrenos vend'edores de compiejidades U

La ciudad prohibida

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La historia nos cuenta que Beijing es una de las ciuCades más

antiguas del rnundo. A principios del síglo XV, se translormó en dos ciudades separadas por muros. La ciudacl interior a[:rigaba la antigua Ciudad lmperial, cercada por uri muro de diez kiiómetros. Era la "Ciudad Prolribida", donde los fosos ciefirrían los palacios de Ios emperadores. Al último, Pu-Yi, lo depusieron del cargo en 1911 g lo expulsaron en 1924.

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de hog no tiene carácter. Ya no se ve el mar de bicicletas que antes formaba parte del paisaje. Y en cada bicicleta había una persona o más. La cíudad era de las personas.

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Hog, Beijing es más un campamento de edificios modernísimos, cercados de estructur.as viarias enornres, autopistas g los antiguos conceptos de cinturonesr carreteras radiales, etc. En el anillo formado por el segundo g tercer cinturón hag un CBD (Center Business District). Es una ciudad viaria.

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lunto a la "Ciudad Prohibida" g sus alrededores, aparecen pequeños trozos cie la antigua ciudad. Una ciurdacl qure hog sólo se reconoce en las películas o en los libros.

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Beijing necesita acupuntura para volver a ocupar el lugar destacado en el mundo que merece. Menos carreteras, rnás ciudad, más gente, más bicicletas. Quizá sea ésta la acupuntura que necesita. Traer de vueita el autobús g las calles. Marcar el paisaje con las paradas. Aunque quizá necesita otro tipo de acupuntura. iQué audacial ¡Querer- hacer acupuntura a ios chinosl

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un centro comercial antiguo, que no está cerrado, con árboles, un gran parque, eI sonido de alguien tocarrdo nrúsica en vivo¡ un concierto acústico. Nada de esos sonidos canalizados que en'lpujan aia. g,¡ente. De repente,

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fija. De noche, consigues ver la plaiza. La ciudad es segura, tranquila, las parejas salen g los rriños 'c0i-ren por Ios pase0s. En algunos lugares se puede ver el alrna de la ciudad. El casco antiguo, los colores, las calles animadas por el ritmo distante de salsa. Es una pena que una parte de la identidad de la ciudad se haUa perdido con esas avenidas demasiado grandes, exageradas. Para Druzarlas, hag que subir g bajar pasarelas. Uria i¡risa con horá

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fuerte, pero, a las cuatro U media, cinco cl'e la tarde, una agradable brisa se. apodera de la ciudad. Quizá son los dioses que soplan. Finalmente. Visito una casa excepci0nal, diseñada por el arqu¡tecto tsenjamín Barneg. Tíene poco rrrás de seis metros de anclro g un patio, Es decir, la casa es un patio con varias terrazas, en lo alto. Quizás, en esa ciudad una buena acupuntura sería hacer más cosa: pequeñas. Potenciar el rí0, que es una maravilla, g dejar que sople la brlsa. Volverse hacia ese soplo divino corno al sol . de fin'de tarde de una playa carioca. ¡Chéverel

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No hacer nada, con urgencia tn mi primera legíslatura como alcalcle de Curitil¡a, una

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las primeras decisiones que tuve que tomar fue cuando recibÍ

una solicitud de una asociación de vecinos que pedía algo mug extraño: que el Aguntamiento no hiciera nada en ac¡uella vecin dad. Le indiqué al concejal de obras públicas qr-re

verificara la sítr:ación. Descubrimos que la petición, a pesar de ser insélita, terrÍa un origen lógico. El Aguntanríento estaba realizando oL¡r'as eri la zona -corrección de Iá inclinación de las calles no asfaltaclas* g la preocupación de los vecinos era que las rnáquinas acabai'an cubriendo un pequeño manantial. Mi despacho al respecto

fue lacónico, pero decis¡vo: "No hacer nada, con urgencia". A veces, en la vida cle una cíudad amenazada por decisiones que pueden perjudicarla, es necesario no lracer nada, con urgencia. Treinta g dos años cJespués, en Lisboa, cogí un coche para dar una vuelta g a la prirnera persona que vi en la ciucjacl'fue a Álvaro Siza Vieira, un arquitecto mug respetaclo g soliciiado en el mundo entero. Era como salir ¡:or prinrera vez en Río de Janeir-o g encontrarse a 0scar Nienreger. Allí estaba Siza Vieira, tranquilo, inspeccionando una obra. Los genios aparecen, muchas vecesr sin la lámpara mágica. Vi las colinas, hermosas colinas, g el Tajo. tn los perió-lúneles, dicos, noticias sobre nuevos progectos para Lisboa. viaductos; la E;<po 9B dejó algunas contribuciones, pero era un área decadenie que fue totalmente renovada. l7

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centro históricc'de la Ciudad de Iüéxico, al ataidecer empiezo a tener mieclo de desaparecer enlre ia Ílrultitud. Una inundación de gente. La magoría, \/elldedores ambulantes que intentan ganar$e el pan de cada cliel, urta subsisiencia difícil. Y la pregurtta que uno se lrace en estas megalópolis es cÓmo conciliar erl sector forrnal con el irrforllal. Las respuestas, hasta ahora, so tr inf ructíf eras e injustas. Entonces, ¿por qué no promov€::r la convivencia etltre el sclctor formal, del conrercio establecido, g el informal? Lo que se tre ocurre es establecer unos hora rios. Los vendedores ambulantes podrían iniciar sus actividades después de ias seis de la tal-de, con lo que traerían más vida a la ciudad después del horario comercíal tradiciorral. , Y tra'erían, tar'rrbién, nrás seguriidad a su afrededor. Un'se'ótoi' agudaría ái oiro, pues ambos mantenclrían el conrercio lcrcal siempre a toda marcha. A fin de cuentas, ei comercio ambulante, en sus varias nrodalidades, es una institución tan antigua como la ciudad. Fíjerrse en ios mercados, por ejemplo. Durante un determirrado horario, en una determinada zona, el mercado se establece mucho más temprano que el ccrmercio nornral g, después, toda la estructura se retira rápidamente. ¡Y eso funciona tan bien! Una estructura móvil que llega temprano U luego se va. Algunas ciudades, como Shanglrai, l-long Kong g Curitiba, iienen mercadcls nocturnos. Son puntos de encuentro muql agradables, con un lrorario r¡ás l¡bre. Aquí la acupuntura se hace con el reloj, En el Zócalo, el

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Generosidad ur[:ana Hace algunos años, un grupc) cJe persc,nas gerriales cle Belo

l"lorizonte, entre ellas nri viejo arnigo Valérir¡ Fabris, o[.ttuvo ei respeto de todo el mundo con actitudes que estimulaban el amor por su ciudad. Cada gesto en ese sentído era una muestra de generosidad urbana. Desde entonces, lran surgido periódicantente acciones e

ideas creativas que reflejan que las personas son conscientes de que la generosidad urbana es imprescindible eli la vicla de una ciudad Se hizo famosa.la historia de una vaca en la calle Leo¡:oldina,

una escultura en medío de un paseo público que fue adoptada por los vecinos de Belo Horízonte. Hace tienrpo, unos vándalos la dejaron bastante destrozada. Un ciudadano cruzó la ciudad

con un cubo de arena g cemento g la rehizo. A cada dos por tres, la vaca aparece con una cara nuevar nuevos colores, contribuciones del pueblo al que tanto le gusta la escultura.

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el barrio de Sáo Geraldo, una ama de casa montó un.belén en la sala de estar. Tiene siempre la puerta abierta g recí[:e con simpatía a quien quíera contemplar su belén. En otro

barrio cle Belo Horizonte, la brigada de basureros trabaja siempre cantando. De esta manerar la capital cJe Minas Gerais ha ido creando la tradicíón de la generosidad urbane. H.g pursonas qúe cjisfrutan con sus actividades o que nluestran a la ciudad su alegría, 0scar Niemeger, al colocar sus

"tcuituras en la arena de la plaga de Lenre, fue generoso con la urbe. En Porto Alegre, una e¡¡isora cle raclio trabaja 21

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exJluesta et-) un gran escapai'ate de la calie de la Plaga; de esla fornra, la gente puecle seguir ias entrevistas g puede es una ¡rariicipar colocarrdo sus ideas en el escaparate: nrirestra de generosidad urbana. Ciianrio lrabajaba en Rio de Janeiro, había en el equipo urr rliseílarlor gláfico- Un día, que jamás olvidaré, vino ai cie::pactio vesiido cle ¡lagaso. Se serrtó a la mesa g trabajó la to,Jo el c.lía en silencio, c0mo siempre l'racía, Al final de jornacla, nos dijo que n0 vendrÍa más a trabajar porque había cie ciecicliclo hacer lo que siempre había soñado: ser pagaso circo. t'iaLlía l-recho un curs0 sin decírselo a nadie' En aquel nromento, recibiÓ ios prirneros aplausos' ltn Hace algunos años, fui a un concierto de Hélcio Milito, rie eso crack de la boss o nova. Como se irabrán dado cuenta' hace nruclro tiempo. Pero no olvidé un gesto de verdadera generosidaci urbana. Después del concierto, el dueño del bar, al ver que'terría dif icultades para encontrar un taxí a esa hora, nre llevó en su coclre hasta ia puerta del hotel' de En h4aripá, una Pequeña ciudad del oeste del [stado paraná, el Aguntanriento plantÓ orquídeas en las calles. Las del flores eran tan bonitas que la po[:lación devolvió el detalle Gobierno con otro cletalle urbano: nadie tr¡c.a las orquídeas' In Rorna, sucedió oira bella lristoria de generosidad urbana que me contÓ Domenlco cle lüasi, un gran amigo' Todos los viernes, un grupo de vecinos de un edificic de la ciudad orgalliza u¡la exposiciór-l de un cuadro en el ascensor del edif!cio. acaba Sui-res U vas acinrirando ia obra. Pero la generosidad no aquÍ: bajas por las escaleras U vas tocando el timbre de los 22 ',&

pisos. cada habitante g su farlilia ha.blan del cuac.lro, cr¡en1an historias dei artista, te ofrecen un café. Cada senrana el cuadro cambia, con el artista. Esta generosicfad ur[¡ana es . realmente hernrosa.

salvador de Balría, carlinhos Brown mantíene una escr-iela de música en una favela. Todo:s los sál:ados, monta auté,ticos conciertos en ese lugar" Una empresa graba el CD clel concierto g los beneficios de las ventas van destinaclas a los habiiantes de la favela. En

Mi gei-no Bas nre

contó Ia lristoria de los "jardines frotantes de Ios linrpiadores de ventanas de los edificios" de Nueva york. Un arquitecto tuvo la iclea cJe pr:ner cajas bon plantas g liores en ia,s,piataformas que se Lisan para limpiar los cristales; de esia n¡anera, qr:edarían "estácionadas" U se convertiría¡l elr jardines flotantes frente a Ios apartamentos. un cJetalle inolvidable de generosiciad.

[n los años 80, en tr.lavidacJes, fa ciudad de curitiba decorar¡a todos los autobuses. La decorar::ión con árboles navicleíros, con lucecitas, era generosa con las personas que tenían que ir a trabajar en estas fechas. con los autobuses recorrie,clo la ciurlad, esa muestra de generosiclad tanrbién

extendía

la

alegria de la iJavidad a toda la pr:blacíón. A veces, la generosidad urbana se refleja en una persona, como el fallecido publicista Séi-r¡io fvlercer. Su nruerte fue un mornento mug triste en la vida de Curitiba. fre un honrbre de un excele¡rte carácter, un pu[:licisia con muclro talento, poseedor de r-rna escritura primnrosa. Comentaríos corno éstos soi¡re él eran frecuentes e:n toda Curitíba.

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i H cie la ciuclad. Lo sal¡ía todo sobre música, literatura, era un un grarr crítico, p'ero tanlbién un amigo leal' Sobre todo, tenía I N d on exlraordinario: era un af inador de conversaciones. Si la clrarla derivaba lracia un tema rJesagradable, Mercer corregía Í el rurnl:o g la encaminaba hacia otro mejor' É I Tenía la manía de orquestar, de hacer arreglos en cualquier inraginario, i nronrento. Adoraba el tango g tenía un bandoneÓn g en cualquier "tocar" nrontento en cualquier I Urro pocJia verlo s itr-r a ción. [ I Toda la ciuclad fue a sU entierrc¡ para presentar sus respetos a r un personaje tan cluerido- Un prirno suUo se me acercó g me I entregó un CD, con fragmentos de un cantante de tangos, que I I había cbnseguiclo con bastante dificultad: "Se Io quería dar h4el-cer-era una vecirro especial. Era ia cara u ei pensamietrto

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a Mercer pero, en su falta, quisiera qurc tú, como uno de sus nrejores amigos, te lo quedaras." : Recorclé que Uo t'anrbiérr había comprado una antologia de tarrgos para dársela a Mercer. Sialídel cementerio con un pes0 el¡ el corazón. Arrtes cle volver a casa, paré en un restaurante para comprar algo de conrida g llevárnosla a casa, Ua que na,die tenía gang§ de salir a comer fuera. En ese lugar, me encontré a Mónica Rischl:ieter con unos amigos, todos tristes, pcrque tambien venían del entierro. Entonces se me ocurriÓ regalarle a lvlónica el libro que pretendia dar a Mercer.

perdió a este gran amigo. Como Ua n0 podíamos itacerle ,..outo. a Mercer, com0 homenaje a él tenclríarnos este Cía Or* hacer regalos a los amigos. Seria una gran generosidaC urbana, algo que h4ercer siempre hizo por la ciu'Jad-

seleccióir brasileña, tuvo un gesto ¿. extrema amabilidad con su ciudaci, ia pequeña Naza¡-é Orr Farinhas, en Bahía. Una vez, él estaba en la ciudad g le picjieron una aguda de 20 reales porque el tejado dei cine se estaba cagendo. Vampeta fue a ver ei ediIicio, que estaba .n un estado lamentable. Ei Cine Rio Branco era un edificio histOrlco, uno de los más antiguos del país, de 1927- Varr-rpeta compró e{ cine g restauró el edificio. Dicen que la inauguración fue la maUor fiesta de la historia de Nazaré, U que contó hasta con la presencia de Ronaldo. Il cine no da beneficios. Vampeta paga a los trabajadores de su propio bolsillo. Además de las sesiones de cine, ei local organiza talleres de teairo g arte para más de 80 niños que viven en favelas. A Vampeta ni siquiera le gusta el citre, pero no dudó en tener este detalle de generosidad r-rrbana cotr io.s habitantes cIe su ciudad natal. f t fiitbolista Vampeta, de la

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Tar¡rbién se me ocurrió la idea rJe crear el Día Nacional de lr4ercer, en el que cada peisotra tendría que hacer un regalo a un aniigo. Sería el día 6 de nrarzo, fecha en que Curitiba

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Acupuniura Por la música Antonina, una ciudad dei litoral del Estaclo de Paraná, tienen un piato típlco que se cocIna en una cazuela de barro sellada'con harina de mandioca" Es una exquisitez llanrada borr:eado. En su versión más tracJicional, antes de destapar la cazuela se lanzan fuegos artificiales. Pero lo que lo convierte en un momento todavía más hermoso es el himno de Aritonina, que se canta cuando se quita el sello de la En

cazuela.

ciudad tiene su manera de hacer, g st-r música-,Algr-ltras ciuda:des tienen más de una canc;ión que nos describen el paisaje local. Copocabono, Corcavodo, Goroto de lponento, Cido'de Morovilhosa. Cada

Roma, Chicago, Nueva York, San Francisco, todas

estas

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ciudades tÍenen canciones que.las ensalzan U que se halr con'¡ertido en universales. Al escucharlas, uno hace inmediataménte,una lectura de la ciudad" Cuar,do se habla cle tango o de Carlos Gardel, enseguida

pensanros'en Buenos Aires. Hog en día, uno puede ver un hernioso espectáculo rJe tango en cualquíer lugar, Ua que hag cgh-rpañías de mug buena calidad que hacen giras por el munclo, pero nada se puede conrparar con el tango de Buenos Aires, la cuna del tar-rgo. Esté dorrde esté, el tango siempre tendré sangre porteña.

marcas culturales de Río. Y uro qr. hau buenos sanrbistas en todo el país. Pero, cuando llega el ^ arngva.l, el lugar de la samba es la avenida. Y ell eso, Río u La s¡mb'a es una de las

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